Como ilustradora que intenta abrirse camino en el mundo editorial, tenía curiosidad por ver cómo era un evento así. Busqué información sobre la experiencia de otros ilustradores o autores, pero no encontré nada, así que no sabía muy bien que podía esperar.
Días antes, compré mi entrada anticipada para los tres días (10 €) y preparé material promocional, pensando que quizás tendría ocasión de enseñar mi trabajo. Llevé también mi portfolio e incluso las maquetas de algunos proyectos. Pero después de dos días y medio yendo de un stand a otro, comprendí que no es una feria para buscar oportunidades laborales.
En la mayoría de los stands de las editoriales había comerciales, que aunque aceptaron mi tarjeta amablemente, estaban allí para hacer negocio. Y no precisamente conmigo :)
De todas formas, es interesante asistir para ver el catálogo de las principales editoriales nacionales, ver los libros que publica cada una, estilo, temáticas, etc. La feria era más grande de lo que me esperaba, aunque la encontré algo vacía de visitantes. En los stands las editoriales recibían sobretodo a compradores de América Latina. También fue interesante observar de cerca a las personas que mueven el negocio de los libros.
En fin, el año que viene asistiré a la Feria de Bolonia, donde supongo que encontraré lo mismo pero magnificado. Me da la impresión de que, al menos para los que empezamos, son ferias para conocer el mercado, buscar inspiración y poco más. Eso sí, todo el mundo fue muy amable conmigo, nadie me mordió y siempre es bueno conocer al que está al otro lado y ver que son personas normales como tú, que también intentan hacer su trabajo.
Y ahora algunas fotos (no de muy buena calidad) que hice del evento.
El stand de Edelvives era espectacular y su catálogo increíble, así como el de Ekaré y Juventud. Me llevé catálogo de todas las que me interesaban y hasta algunos regalillos para mi peque :)
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